ASOCIACIÓN DE AFECTADAS POR CÁNCER DE OVARIO Y GINECOLÓGICO

Testimonios de pacientes

1. Testimonio de Soledad Bolea Bosque
2. Testimonio de Charo
3. Testimonio de Arancha
4. Testimonio de Gladys
5. Testimonio de Tina
6. Testimonio de Iris
7. Testimonio de Begoña
8. Testimonio de Laura
9. Testimonio de Ángela
10. Testimonio de Elisa
11. Testimonio de Sara
12. Testimonio de Noemí
13. Testimonio de Belén de Donosti
14. Testimonio de Estela
15. Testimonio de Izar
16. Testimonio de Paloma
17. Testimonio de Violeta
18. Testimonio de Alejandra
19. Testimonio de Verónica con su madre
20. Testimonio de Isabel
21. Testimonio de Marina
22. Testimonio de Silvia
23. Testimonio de Ángeles

24. Testimonio de Gemma

25. Testimonio de María Dolores Corredor (vídeo)

23- Testimonio de Ángeles
https://www.youtube.com/embed/zusu5-3uE5E

22-Testimonio de Silvia

En octubre del 2014, me hice una revisión ginecológica, con ecografía vaginal. Todo bien. Lo único que tenía el estradiol ya bajo. Entrando a la menopausia, empecé con lo típico: los calores.

Yo soy una persona que hago 3 veces por semana, aerobic; todos los días, marcha de 4km y senderismo. Pero en marzo del 2015 empecé a tener muchos gases y dolor de espalda. Mi doctora me recetó, pero eso seguía y empecé a sentir mi tripa más inflamada. La doctora me mandó al hospital para que me hicieran eco o rx. Pero no, me diagnosticaron gastritis y a casa. Sin embargo, cada día me sentía peor, más cansada, la tripa hinchada… Volví a consulta y me dijeron que era colon irritable. Adelgace, hasta que el 3 de junio fui de urgencias al hospital. Me hicieron muchos estudios, principalmente quitarme el líquido de mi tripa. El pronóstico fue que me tenían que operar, hacerme una laparascopia exploratoria,… Me quitaron el ovario y un tumor seroso de 6 cm. Cuando tuve los resultados de la patología: cáncer de ovario, según los médicos, me tenía que volver a operar de histerectomía radical. Estaba en fase I y en el mejor de los escenarios, según los ginecólogos. Yo pensaba: voy a luchar.

Pues bien, en julio, me volvieron a operar, pero no estaba en el mejor de los escenarios… Tenía metástasis en el intestino. Me sentí defraudada. Mi vida dio un giro de 180º, me derrumbé… Estaba con un cáncer fase III. Las cosas habían cambiado. No puedo expresar lo que sentí. Ahora estoy pasando por la quimio y tengo una tercera operación pendiente ya que en la segunda operación no quitaron todo.

En mayo nació mi primer nietito. Lamento no haber podido estar ahí con mi hija, pero mi lucha por vivir la tengo por ellos. Él me da toda mi energía, y con la ayuda de Dios sé que podré salir de ésta.

Tengo que decir que, gracias a ASACO, tuve mucha información, y pude hacerme el estudio genético ya que NO me lo habían comentado en el hospital y eso que me trato ahí mismo… en el Hospital de Fuenlabrada.

Testimonio enviado el 30/9/2015.

21- Testimonio de Marina
20- Testimonio de Isabel
19- Testimonio de Verónica con su madre
https://www.youtube.com/embed/5x-0mHi1rgw

18- Testimonio de Alejandra

Mi nombre es Alejandra Petersen. Soy chilena. Me detectaron cáncer ovárico el 05 de mayo del 2013. A los 38 años. A los diez días ya estaba operada donde me extirparon ambos ovarios, útero, parte del intestino ya que estaba en etapa III C.

¿Qué les puedo decir? Sentí que el mundo se me venía abajo con un hijo de 9 años de edad y siendo madre y padre a la vez. Cada caricia, abrazo,… sus inocentes dibujos que colocaba alrededor de mi dormitorio como “fuerza mamá”, “todo está bien” “mis amigos y yo estamos ayudándote a matar esas células malas” “te quiero”, me daban fuerzas para salir adelante y no decaer.

Los primeros meses fueron muy complicados ya que el miedo se apoderó de mí, pero comencé con terapias reiki y luego tomé un curso de Flores de Bach. También he tenido tiempo de leer mucho, lecturas que me han permitido revitalizarme frente al tratamiento de quimioterapia.

Sin duda, el Cáncer marcó mi vida sintiéndome hoy una mujer más fuerte, luchadora y con una mirada integral de la vida que no conocía y, sobre todo, con un propósito claro que pretendo dejar a futuras generaciones. Dejé de ser una mujer “trabajólica”, llena de miedos, incapaz de fijar límites a nivel personal y profesional. Hoy me permito dedicar tiempo a la meditación, hacer yoga y por sobre todo tener mucha más calidad de vida para compartir y fortalecer a mi hijo, me río más y pongo límites en mi trabajo y vida personal.

En términos del Cáncer Ovárico, luego de un tiempo de terminado el tratamiento, el CA 125 comenzó lentamente a subir y solicité a mi oncólogo la orden de atención para realizar un PET SCAN, para gran sorpresa aparecieron unos implantes en la zona peritoneal. Sin más, tuve que volver a unas sesiones de quimioterapia y este 23/04/2015 una nueva operación para extirpar y terminar con el proceso de quimioterapia el que retomaré este mayo 2015.

A pesar de esto, hoy me siento feliz con muchas energías para enfrentar “esta malecilla” mirándola a los ojos que no ganará. Como he explicado a mi hijo, quien ya es un mini lolo de casi 12 años.

Me gustaría recomendarles algunos libros que yo tengo de cabecera, Tú puedes sanar tu cuerpo de Louise Hay, Mis recetas anticáncer de la Doctora Odile Fernández, este último me ha ayudado a cambiar mis hábitos alimenticios y el de mi familia.

Finalmente, quiero agradecer inmensamente a mi hijo Benjamín Petersen por su fuerza y amor infinito, a mi madre quien siempre ha estado ayudándome sobre todo en los momentos difíciles de las quimios, a mi padre y a mi hermana Lorena, a Tio Nino y nuestras conversaciones a diario de la vida, familia, amigos, a las redes de apoyo y equipo médico oncológico de la clínica Santa María en Chile donde siempre me he sentido en familia; a mi doctor Cristian Carvallo y psicólogo Raúl Carvajal, quienes me mantienen con la mirada positiva y guerrera frente a esta enfermedad.

Alguna vez una persona me escribió en Facebook y cuando vivo momentos difíciles lo leo y verdaderamente me tranquiliza:
“…aunque la higuera no florezca, ni la vid dé frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales…, con todo, yo me alegraré en el Señor”.

Gracias y saludos desde Chile.

17. Testimonio de Violeta

16. Testimonio de Paloma

15. Testimonio de Izar

14- Testimonio de Estela

Hace sólo cuatro meses y medio, a primeros de julio, acudí a mi revisión anual ginecológica después de haber estado una semana en Londres sin cansarme de andar y con un entusiasmo por ver lo más posible que podía con las fuerzas de mi marido, que suele jugar al tenis, y que se quedaba sentado a descansar en un banco, mientras yo seguía dando otra vuelta por aquello que no había visto. ¿Cómo podía imaginar que un cáncer de ovario estaba creciendo dentro de mí?

En veinte días entraba al quirófano sin saber si era benigno o maligno pero con la intuición de que así era, por la edad y por sus características, aunque con la esperanza de que no lo fuera por los marcadores negativos. Era maligno y como me advirtió el Dr. Minig (que es lo nunca visto de profesional y de agradable) procedería en ese caso a continuar con laparoscopia, si le era posible, y a quitarme, además del ovario afectado, todo el aparato ginecológico y los ganglios pélvicos y abdominales.

El Dr. Lucas Minig salió muy contento (5 horas después de bajarme a quirófano) porque macroscópicamente todo parecía estar bien lo cual hizo renacer la alegría a mi familia hundida desde que les avisaron que era maligno y la operación continuaría.

Estoy limpia microscópicamente y sólo estuve cuatro días ingresada. No he sentido ningún dolor y no necesito quimioterapia, a los dos días ya caminaba por los pasillos. Un milagro de operación, que me recuerdan cuatro huellas insignificantes en la tripa cada día, fruto de las nuevas tecnologías y de los buenos profesionales que las utilizan.

Si antes era entusiasta, con muchas iniciativas, ahora paladeo la vida sólo con respirar, con contemplar un paisaje o escuchar una buena música, son como orgasmos espirituales y tengo, después de cumplir los 60 años a los pocos días, muchas ganas de aprovechar lo que la naturaleza quiera que me quede de vida, todavía más que antes quiero ser útil a los demás y disfrutar de todo lo que se ponga a mi alcance.

Dicen las estadísticas que he tenido mucha suerte porque el cáncer de ovario crece con mucha rapidez (sólo tenía 4,5 cm) y, cuando da síntomas, ya te ha hecho daño y tienes que someterte a quimio aunque cada vez salen más casos adelante. Por lo que esa revisión me vino a tiempo de evitarlo. Estaba encapsulado y ni siquiera la envoltura del ovario se había contaminado.

He perdido la confianza en mi cuerpo pero he ganado en humildad porque nos creemos dueños de algo y todo lo podemos perder en un instante sin aviso. La muerte está segura para unos antes, para otros después, y lo único que va a sobrevivirnos es lo que hayamos hecho, la huella que hayamos dejado a nuestro paso con nuestro ejemplo.

Mi hermano y la mayoría de mis amigos y amigas se han ido enterando posteriormente porque, o estaban de vacaciones o ante la duda, no les avisé. Sólo mi amiga más cercana en aquel momento, mi marido y mis hijos fueron testigos de aquel susto, que duró unos días y que asimilé en la playa a donde marché como hago otros años. Mi madre con 90 años, que celebró mi cumpleaños conmigo, pocos días después, brindó por mi buena salud y lo fuerte que era, no se dio cuenta de nada y nunca lo sabrá.

13- Testimonio de Belén de Donosti

El 27 de agosto de 2013 hizo seis meses que, tras una ecografía abdominal, detectaron un aumento de tamaño de varios (muchos) ganglios. Lo cierto es que desde esta ecografía hasta que me confirmaron que sufría de un carcinoma en el peritoneo transcurrieron pocos días. El 8 de marzo (el día de la mujer, qué casualidad), me «sueltan» la bomba. Desde ese día hemos luchado y mucho, y ayer, 6 meses después, me han confirmado que estoy limpia.

Han sido seis meses intensos y duros para todos (que los de casa también han sufrido al verme). 6 ciclos de 3 chutes de carboplatino y taxol y por el medio una operación en la que me extirparon los ovarios, los ganglios (buenos y malos) que se podían quitar y el apéndice (casi todo lo que «sobraba» menos los michelines). La recuperación de la intervención no fue mala (buena tampoco), pero ya está, ESTA BATALLA LA HEMOS GANADO.

Desde estas líneas quiero agradecer a la gente de ASACO con la que he estado en contacto estos meses. Muchas gracias también a toda esa gente que vía redes sociales me ha apoyado SIN CONOCERME, que hay personas que despotrican sobre las citadas redes pero para mí han sido una gran ayuda al poder contar mis experiencias y mis miedos.

Soy de un pueblo cercano a Donosti, pero si algún día me acerco por Madrid, prometo pasar por la asociación.