ASOCIACIÓN DE AFECTADAS POR CÁNCER DE OVARIO Y GINECOLÓGICO

Soy Alba, tengo 17 años y hace 6 dias perdí a mi madre por cáncer de ovario después de 11 años y medio de larga enfermedad. Todo se complicó cuando le diagnosticaron metástasis en el hígado y hace pocos meses en los pulmones. Le habían dado todo tipo de quimioterapia, estuvo 4 años sin tener ningún problema y sin tratamiento, pero después le dio muy fuerte de nuevo. Comenzaron a darle radioterapia, lo que la debilitó aún más, hace pocos meses iba a entrar en un ensayo, pero no fue posible y comenzaron a darle otro tipo de quimioterapia, pero le dio alergia y dejaron de administrárselo.

Hace tres semanas empezó a estar muy debilitada, al ir a urgencias nos dijeron que le había dado un infarto por la quimioterapia, tanto medicamento había obstruido una arteria (ella ya tenía el sistema circulatorio mal), desde entonces fue debilitándose aún más.

Hace una semana ya casi no podía hablar, respirar ni moverse. Pensamos en ingresarla pero después de días mirando al vacío, me miró a los ojos y me dijo: «No me lleves». Hablé con mi padre y decidimos que se merecia esa elección después de tantos años luchando por nosotros. Debíamos hacer eso por ella, era lo mínimo, y así lo hicimos. Vinieron a nuestra casa dos doctoras y dos enfermeras de cuidados paliativos y nos dejaron medicinas para hacerle soportable el dolor. Ahí nos dijeron que las personas en ese estado no duraban más de una semana. Nosotros lo aceptamos e intentamos que los últimos dias de mi madre fueran lo más tranquilos posible. A los dos días de la visita, mi madre murió, el dia 18/07/2013 a las 00.00.

Me siento muy orgullosa de haber tomado la elección de que mi madre se quedara en casa porque me dio la oportunidad de poder cuidarla, decirle todo lo que sentía por ella, lo agradecida que le estaba por la vida que ha podido darme, por haberme hecho la persona que soy hoy y, por supuesto, hacerle saber que estoy muy muy orgullosa de ella por la lucha de todos estos años sólo por no dejarnos solos a mi padre y a mi, una de sus frases cuando comenzó la enfermedad fue: » Yo no me puedo morir con una hija tan pequeña» y lo cumplió al pie de la letra, a mis casi 18 años mi madre no pudo más, pero ha conseguido convertirme en la mujer que quería que fuera.