Marina: «Nunca llueve eternamente. La vida es hoy, no mañana»
Todo empezó hace cuatro meses donde fui diagnosticada de cáncer de ovario de tipo bordeline (dentro de lo malo, el mejor que puede haber). Muchos meses atrás, concretamente en diciembre, empecé a notar mi barriga un poco más hinchada de lo normal a pesar de que siempre hacía y hago deporte. Al principio no le di importancia, pensaba que sería el común hinchazón que tenemos las mujeres cuando estamos a punto de tener la menstruación, pero no fue así.
Hasta abril de este año, siguiendo sin darle importancia, seguía con aquél mini hinchazón hasta que de repente mi barriga fue creciendo descontroladamente. En ese momento, empecé a pensar que estaba engordando y decidí salir cada mañana a correr en ayunas, caminar, hacer el doble de ejercicio que ya estaba haciendo, dejar el gas e incluso ponerme a dieta. Sin embargo, mi barriga seguía igual, incluso no paraba de crecer, entonces acudí al médico. Tras ver mi increíble barriga y someterme a múltiples pruebas de embarazo, insistiendo en que no lo estaba (sabrá cada una lo que ha hecho y lo que no), me realizaron pruebas de mayor nivel: análisis de sangre, ecografías, radiografías… hasta que justo en ese momento se dieron cuenta de que en el ovario derecho tenía un tumor de 20cm.
Me comunicaron que me tenían que operar para quitarlo y analizarlo y estaba a la espera de que me llamaran. Tres días más tarde de haber acudido al médico, tuve que volver porque mi barriga cada vez estaba creciendo más, pues había pasado a medir 26cm. Tras la operación, sacaron del tumor 2 litros de líquido; todo fue bien. Ahora tocaba analizarlo. Días después, me adelantaron la cita para comunicarme que las células que hallaban en el tumor eran malas y que por tanto había que volver a operar, una operación basada en quitar el resto del ovario derecho, la trompa, el peritoneo, la grasa abdominal y el apéndice (todo ello para prevenir).
Con suerte no se me ha llegado a expandir por ninguna zona y no he necesitado tratamiento. Ahora, sin embargo, me esperan 5 largos años de revisiones. Gracias a mi familia y a mis amigos he conseguido pasar por todo esto de la mejor forma posible.
Espero que os haya servido de ayuda y/o de consuelo mi testimonio… Ahora entiendo el miedo que se pasa esperando sentada frente a la consulta, los nervios, las noches de desesperación porque no sabes qué va a pasar ahora, el miedo de volver a pasar por lo mismo, las profundas y largas noches de reflexión… Sin embargo, me quedo con lo bueno. Mi familia y mis amigos. Gracias a esto he aprendido a disfrutar lo que tenemos y lo que pasa en cada instante, valorar las pequeñas cosas de la vida que nos parecen insignificantes y, sobre todo, lo fuerte que se puede llegar a ser. La vida es hoy, no mañana.
Muchísimo ánimo a todas las personas que os estéis enfrentando a ésta enfermedad llamada “cáncer”. No estáis solos/as. La mejor receta para superarlo es mucho amor, la familia y los amigos. NUNCA LLUEVE ETERNAMENTE… Dios da las grandes batallas a los mejores soldados…
Aquí os dejo una foto de mi barriga en el antes y después de la operación. (La primera es mi barriga con el tumor, la segunda al quitarlo).