Entrevistas

“Las rutinas estéticas en el caso de personas afectadas de cáncer exigen un diagnóstico y seguimiento con profesionales especializados”

 Entrevista a Cruz Sánchez, profesional de la Fundación Ángela Navarro

En primer lugar, ¿cuál es el objetivo principal de la estética oncológica? ¿Cuál es su misión?

Nuestro principal objetivo es ayudar a las personas que están pasando por cambios estéticos producidos por una enfermedad o su tratamiento. Además de la propia enfermedad, estos pacientes tienden a sufrir un deterioro físico importante y no debemos olvidar que la imagen tiene un valor terapéutico fundamental. La atención de estas personas pasa por ofrecerles soluciones estéticas que les ayuden a sentirse mejor. Pero es muy importante saber que tratamos personas en una situación muy delicada por lo que hay que seguir unos protocolos específicos tanto de los trabajos que se realizan como de los productos que se utilizan, que deben estar pensados para atender las diferencias de cada tipo de alteración y circunstancia.

 ¿Crees que la estigmatización social derivada de los cambios físicos producidos a raíz de un tratamiento oncológico ha disminuido en los últimos años?

Sin duda, el cáncer es una enfermedad muy “chivata” y que sigue levantando muchos miedos, algunos de ellos por desconocimiento de las técnicas y métodos que pueden ayudar a que este periodo no sea tan traumático, aunque gracias a los medios de comunicación y las continuas campañas de sensibilización, esto ha mejorado muchísimo y ya hemos superado la etapa de “una larga y penosa enfermedad”. Cada día, se va superando un poco más esa estigmatización que padecían los pacientes con cáncer.

 ¿Cuál sería el primer consejo que darías a una persona que acaba de ser tratada y ve que su cuerpo cambia de forma drástica?

Lo primero que las personas deben saber es que lo más importante es comenzar con los cuidados antes del tratamiento, esto es lo más recomendable, aunque también se puede comenzar en cualquier momento del tratamiento.

También hay que destacar que no hay un consejo único ni válido para todas las personas.  Nuestra recomendación es  acompañar al paciente y detectar las necesidades individuales para intentar dar soluciones personalizadas.

 ¿Cuándo puede una persona volver a sus rutinas estéticas tradicionales tras el tratamiento de quimioterapia o radioterapia?

En el caso de la quimioterapia, hay que hacer una vuelta a la estética paulatina, siendo muy precavidos y haciendo pruebas de tolerancia a los componentes que vayamos incorporando para descartar que el organismo haya desarrollado algún tipo de intolerancia o alergia. Es muy importante la valoración y el “alta” del médico antes de teñir el cabello o hacer tratamientos más complejos con aparatología, etc.…

El caso de la radioterapia es diferente, ya que sólo se afecta la zona radiada, por lo que (si no es en la cabeza) el paciente podrá continuar con casi todas las rutinas estéticas, pero siempre asesorado por un profesional especializado.

 

Existen ciertos efectos secundarios que se dan con mayor frecuencia y prevalencia.

 Los efectos secundarios varían en función de cada persona y del tratamiento que reciba y si este es de quimioterapia, radioterapia o ambos.

En los tratamientos de quimioterapia los efectos secundarios más frecuentes se producen en la piel, el pelo y las uñas, pero son diferentes en cada persona, los más frecuentes son: sequedad extrema de la piel, cambio de color, posible aparición de manchas o irritaciones, pérdida del cabello y las cejas, alteraciones de las uñas en cuanto a su color, estructura o posible aparición de infecciones. Es por ello que hay que cuidar la piel limpiándola con productos específicos que no la resequen, manteniendo su hidratación, tratando las irritaciones que pueda presentar y sobre todo, protegiéndola de las radiaciones solares.

En el caso de la radioterapia la piel de las áreas sometidas a tratamiento puede sufrir alteraciones muy parecidas a una quemadura solar.

A los de 10 o 20 días de tratamiento, la zona presenta una coloración rojiza o eritema, para pasar a una coloración más pigmentada y oscura, que desaparecerá uno o dos meses después de finalizada la terapia.

En algunos pacientes, generalmente debido a la sensibilidad  individual, la radioterapia puede producir otras alteraciones más serias como dermitis o epitelitis  que requieren un tratamiento médico específico. Otros efectos secundarios pueden presentarse según la zona concreta que se trate.

 ¿Qué nos recomendarías para todo lo relacionado con el pelo – alopecia, cejas… ?

Para el pelo, nuestro mejor consejo es la previsión. Tener previsto el tipo de solución que más se adecue a nuestras necesidades personales: pelucas, pañuelos, llevar la cabeza al descubierto… para que este tipo de cambios no nos pille desprevenidos. En cuanto a las cejas, si se decide a tiempo, se pueden realizar trabajos de micro pigmentación para paliar la pérdida de vello facial durante el tratamiento, aunque también hay plantillas para que el maquillaje diario sea lo más llevadero posible.

Estos efectos secundarios son reversibles para la mayoría de las personas, por lo que es muy importante que, durante el tratamiento, tengamos especial cuidado en mantener el cuero cabelludo y la piel en las mejores condiciones posibles para que el crecimiento posterior, tanto de cabello como de las cejas y pestañas sea lo más rápido y de la mejor forma posible.

Para esto, nuestro consejo más importante es no utilizar pelucas pegadas al cuero cabelludo, ya que estas pueden provocar alopecias irreversibles en las zonas de los adhesivos.

 ¿Y para la piel –hiperpigmentación, sequedad, irritación…

Cuidar la piel es muy importante en los tratamientos de radio y quimioterapia. Pasa de ser un gesto de coquetería a una necesidad para mejorar los niveles de hidratación, que suelen verse muy afectados con los tratamientos y la protección.

Es muy importante buscar productos especialmente pensados para este tipo de piel: sin perfumes, derivados del petróleo, alcoholes, parabenes…, para evitar posibles reacciones alérgicas. Pero también es muy importante cambiar los hábitos, hay que tener una buena disciplina y no bajar la guardia, ya que a medio y largo plazo la piel y sus anexos pueden sufrir consecuencias negativas si no se cuidan correctamente.

Para concluir, destacar que en la actualidad hay una gran sensibilidad por parte del personal sanitario hacia los tratamientos soporte del  área de la imagen, dado que cada vez son más las personas que superan la enfermedad y esto les facilita la relación con los demás y mejora su calidad de vida durante el tratamiento.

 

 

“Lo importante no es caerse, sino volver a levantarse”

¡Hola a todas!

Antes de hablar sobre mi experiencia con el cáncer de ovario, querría transmitir un mensaje de fuerza y esperanza porque esta enfermedad no define toda nuestra vida y en mi humilde opinión hay que convivir con ella, normalizarla y no dramatizarla en exceso porque lo contrario, además de no ayudarnos, no es ni útil ni constructivo. Pues allá vamos con mi presentación:

Me llamo Violeta y tengo 32 años;  todo empezó tras una operación en la que se me diagnosticó cáncer de bajo grado en ovarios y útero e implantes en varios órganos peritoneales. Después de una larga operación y unas cuantas horas dormida, desperté y realmente lo único que me importó fue el hecho de estar viva. A pesar de que parezca una obviedad decirlo, incluso aparentemente fácil, es una sensación inexplicable. Al cabo de unas horas, mi médico me explicó lo sucedido: me habían vaciado y limpiado todo tumor visible.

Aún sabiendo lo que significaba eso, mi cuerpo y mi mente sólo pensaban en recuperarse y me decía a mí misma que ya habría tiempo de pensar en ello. Tras ocho días en el hospital en el que fui maravillosamente cuidada, tocaba volver a casa; fue en ese momento cuando la cabeza se puso en funcionamiento : ¿Por qué? ¿Por qué yo? ¿Cómo ha podido pasar?  A partir de ahora… ¿Qué?

Actuaba como si aquello no fuera conmigo; como si fuera mera espectadora de un acontecimiento ocurrido a la protagonista de una película. Todo narrado en tercera persona. Tras unas tres semanas tocaba cita con la oncóloga,  que me explicó  todo con detalle; también el tratamiento a seguir. Fue a partir de ahí cuando empecé a ser consciente de lo ocurrido; fue un verdadero shock emocional. A pesar de la fortaleza  y la valentía, el miedo y el temor estaban presentes  ante la quimioterapia. La valentía no es antónimo de miedo; es la valentía la que ayuda a superar el miedo.

Me informé con experiencias de gente cercana; propias y ajenas. Y de toda esta información concluí que serían unos meses duros en los que estaría más o menos indispuesta pero que era temporal; era el momento de la paciencia. Las primeras semanas sentí rabia, tristeza, pero también hubo días buenos, muy buenos…Altibajos emocionales de la mente; todo lo imaginable e inimaginable. Pero jamás rehuí ni reprimí estos sentimientos; los compartí para que los más cercanos me entendieran mejor.

¿Lo peor? Como tantas cosas en la vida, la incertidumbre de esta enfermedad; el qué pasará mañana. Sin embargo, hoy es el día en el que he aprendido a pensar en el momento; como decía nuestra amiga Paloma, “a saborear el momento”, a saber que yo no puedo controlar el futuro pero sí el presente, a no castigarme psicológicamente , a hacer las paces conmigo misma a estar más pendiente de mí y alejar todo lo que podía ser tóxico en el pasado hasta el día de hoy.  Pero, ante todo, a priorizar sólo lo realmente importante.

Después de cuatro sesiones de quimioterapia, físicamente no ha resultado ser tan duro, quizá un poco molesto pero nada que una mujer no sea capaz de llevar, con más fuerza y seguridad en mí misma, disfrutando de cualquier momento bueno que se me presente e intentando ser la mejor versión de mí misma.

En resumen, a nadie le apetece pasar por esto, pero no cabe duda de que podemos con ello. Hemos de  ser conscientes de que seguimos siendo 100% nosotras, independientemente de lo ocurrido. Lo importante no es caerse, sino  volver a levantarse.

 

Entrevista a la Doctora Odile Fernández sobre cáncer y alimentación

La alimentación es un tema recurrente cada vez que hablamos del cáncer; también en el caso del cáncer de ovario. ¿Qué recomendación alimenticia – si es que existe- nos podría ofrecer de cara a la prevención del cáncer de ovario?

ODILE FERNÁNDEZ (O.F). Cada vez hay más evidencia científica que relaciona la alimentación con el cáncer, sobre todo con el de mama, próstata y colon. En el caso del cáncer de ovario no hay una relación tan clara, pero si se ha comprobado que la obesidad predispone a padecer este cáncer y todo lo que nos haga engordar es relacionable con este cáncer: harinas refinadas, azúcares, snacks, salsas, alimentos grasos, aceites refinados, etc. También se ha relacionado el cáncer de ovario con el consumo de lácteos y con un exceso de grasas saturadas tipo bacon, embutidos, etc. Por tanto,  para prevenir este cáncer lo importante es mantenerse en un peso adecuado y reducir lácteos y carnes grasas. Para estar delgados debemos aumentar el consumo de frutas, vegetales, pescado y legumbres y reducir los alimentos procesados y refinados.

El tratamiento contra el cáncer de ovario tiene efectos secundarios muy diferentes en cada paciente; aumento de peso, alteración en el sentido del gusto, falta de apetito…  A pesar de todo ello, es importante que la paciente siga unas pautas concretas. ¿Cuáles son los alimentos imprescindibles para cualquier afectada?

(O.F)Para reducir los efectos secundarios relacionados con la medicación es importante estar bien nutrido, para ello lo importante es mantener una correcta hidratación bebiendo abundantes líquidos: agua, zumos y batidos hechos en casa, infusiones, té, caldos, cremas. La alimentación durante esta etapa debe ver variada y daremos prioridad a los alimentos vegetales y a la fruta, además de semillas, frutos secos, legumbres y pescado. Es importante añadir cúrcuma con pimienta negra en todos nuestros guisos y arroces. El consumo de semillas de lino molidas a diario se ha relacionado con mayor supervivencia en algunos estudios así como el consumo de tres tazas de té verde a diario y de setas con regularidad, en especial la maitake.

Las grasas saturadas las podemos sustituir por grasas saludables como el aceite de oliva virgen extra, el aguacate, las semillas de lino y sésamo y los frutos secos.

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¿Y aquellos totalmente prohibidos?

(O.F) En el caso del cáncer de ovario es importante reducir al máximo los lácteos, en especial la leche. De consumir lácteos mejor desnatados, de cabra, eco y mejor yogur o queso que contienen menos lactosa. También debemos reducir las carnes grasas, los fritos, las barbacoas y los alimentos refinados.

La mayoría de los nutricionistas resaltan la importancia de incluir verduras, frutas y productos integrales; ¿qué opina al respecto?

(O.F) Es muy importante incrementar el consumo de estos alimentos. Nuestra dieta debería ser predominantemente vegetal. El alto consumo de vegetales se ha relacionado con un menor riesgo de padecer cáncer de cualquier tipo. Se recomienda consumir 400-500 g de vegetales al día. Respecto a consumir alimentos integrales comparto esa idea, pues el alimento integral es rico en fibra, minerales y vitaminas mientras que el refinado solo nos aporta calorías y nos predispone a la obesidad.

¿Qué nos podría decir sobre la carne roja?

(O.F) Cuanto menos la consumamos mejor. Se ha relacionado la ingesta de carne roja y embutido con mayor riesgo de cáncer, sobre todo de colon.

El próximo 8 de mayo celebramos el Día Mundial contra el Cáncer de Ovario. ¿Podremos brindar con alcohol?

(O.F) El alcohol es un carcinógeno si se consume en exceso. Se considera exceso el consumo de más de una consumición al día en mujeres y dos en hombres. La mejor bebida es el agua, después los zumos e infusiones y dentro de las bebidas alcohólicas el vino tinto por su alto contenido en resveratrol. Le seguiría el vino rosado y el blanco. El resto de bebidas no se recomiendan.

Para finalizar, ¿nos podría sugerir una receta saludable, pero a su vez, a la que no podamos resistirnos?

(O.F) Ahora que empieza el calor… un smoothie con frutos rojos, kiwi, leche de avena, aguacate, semillas de lino y hielo. Es un batido cargado de alimentos anticáncer y muy nutritivo.

Para más información, no dudéis en consultar la página web de Odile Fernández. 

«Autoestima, respeto de la pareja y ampliar el abanico de las posibilidades sexuales», recetas de Sandra García para pacientes y parejas de cáncer de ovario.

• ¿Qué recomendación harías a una mujer que ha sido diagnosticada de cáncer de ovario a la hora de comunicárselo a su pareja?

Generalmente este diagnóstico no se da de un día para otro. Empezamos a tener molestias o en una revisión ginecológica encontramos algo alterado, por lo que empiezan a realizarnos diferentes pruebas donde ya tenemos la sospecha o nos han adelantado el posible diagnóstico. Por lo que generalmente, el día que nos dan el diagnóstico definitivo y pautas de intervención o tratamiento a seguir estamos acompañados de nuestra pareja o algún familiar muy cercano. Es decir, la pareja vive el proceso de pruebas y resultados junto a nosotras.

Si esto no fuera así, por cualquier circunstancia, nuestra recomendación sería explicarlo con naturalidad, como explicaríamos cualquier otra enfermedad. Dando la información de que dispongamos y permitiendo a nuestra pareja que nos consulte las dudas que le surjan o acuda al médico con nosotras si lo considera.

 • ¿Cuál suele ser la reacción de la pareja en general?

Es difícil responder a esta pregunta, pues puede haber tanta variedad de reacciones como variedad de parejas existen. Influirá cómo es nuestra relación previa, la edad de la paciente, la situación familiar actual, las experiencias previas en este tipo de patología… (por ejemplo, cuanto más joven es la pareja más impacta este tipo de diagnóstico).

Pero la mayoría de parejas reaccionan de forma sensata, siendo optimistas frente a la situación. En ese momento preocupa más la recuperación de la enfermedad que los posibles efectos secundarios que pueden surgir de la misma. Y pocas veces se piensa en la sexualidad en un inicio.

• ¿Cómo afecta el diagnóstico del cáncer de ovario a la función sexual desde el punto de vista físico y emocional?

Las hormonas más importantes en la sexualidad femenina son los estrógenos y la progesterona que producen los ovarios y que ayudan a mantener la mucosa vaginal en estado normal y a mantener la respuesta vaginal completa. Y también los andrógenos que lo producen, la corteza adrenal y ovarios, que ayudan a mantener el deseo sexual.

Con esta información entendemos que cuando se extirpa uno o los dos ovarios disminuye tanto la lubricación como el deseo sexual. Además, en función del tipo de intervención puede darse la reducción del tamaño de la vagina. Si a ello unimos los tratamientos oncológicos, quimioterapia, radioterapia y braquitarapia, que también influyen en el cansancio general, la sequedad vaginal, etc., entendemos que estas mujeres puedan presentar dispareunia (dolor en la penetración), falta de deseo y dificultad en alcanzar el orgasmo.

En función del tipo de intervención, del tratamiento, de la edad de la mujer (menopausia precoz), de las relaciones sexuales previas y de los ejercicios que la mujer esté dispuesta a realizar una vez acabado el proceso oncológico, estos efectos secundarios pueden ser más o menos duraderos. También, hemos de mencionar que en muchas ocasiones a nivel emocional la persona también puede traducir el vaciamiento con falta de feminidad y bajada de autoestima. Y evidentemente todo ellos repercutirá en las relaciones sexuales.

• ¿Nos podría dar alguna clave o tratamiento para afrontar la menopausia precoz?

La menopausia precoz (reducción de estrógenos) generalmente disminuye el deseo sexual, la lubricación, la elasticidad e incluso el tamaño de la vagina. Además pueden influir otros factores no hormonales como la percepción que tiene la mujer respecto a su cuerpo, si se une con incontinencia urinaria,… Otras preocupaciones familiares o de salud influyen como la calidad del sueño, la interferencia de otros tratamientos,…

Para afrontar la menopausia, recomendamos:

  • Reconocer cuándo estamos pasando por esta etapa.
  • Comunicar a la pareja cómo nos sentimos.
  • Hacer ejercicio de forma regular y mantener una dieta equilibrada rica en calcio y baja en grasas.
  • Ampliar las relaciones sexuales a una exploración mutua de la pareja, no siempre centrada en genitales y senos.
  • Utilizar lubricantes naturales durante la penetración.

¿Es el erotismo incompatible con el cáncer de ovario? ¿Beneficia a las pacientes potenciar la sexualidad y los momentos de intimidad con la pareja para afrontar el cáncer?

No es incompatible, aunque al inicio pueden ir reñidos. Con tiempo y esfuerzo la persona puede ir recuperando su autoestima y aceptar que el erotismo no sólo pasa por la zona genital. Sin duda a cuanta mejor comunicación y entendimiento con la pareja para reanudar la relaciones sexuales mejor los beneficios para la paciente. Siempre respetando el ritmo de la persona y ampliando abanico de posibilidades sexuales.

 Sandra García Lumbreras

Miembro del equipo IPSalut

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Saboreando la vida”, el testimonio de Paloma Luis Ortiz, coordinadora de ASACO en la Comunidad Valenciana

• Todo cambió de un día para otro. ¿Cómo reaccionaste ante la noticia?

Lo primero que me gustaría decir es que ya había convivido antes con la enfermedad por lo que para mí la palabra cáncer no es un tabú.Mi primera reacción no fue ante la noticia, sino ante la sospecha, mientras me realizaba una ecografía abdominal. De repente, mencionaron la palabra “ascitis” (líquido en el abdomen) y fue entonces, sola ante el profesional que me recomendó visitar inmediatamente al ginecólogo, cuando tengo ese primer recuerdo.

Uno de mis hijos me esperaba fuera y yo no podía articular palabra, me temblaban las piernas y el miedo se apoderó de mí. Le comenté que algo no iba bien; que no era nada bueno. Mi marido estaba de viaje y decidimos no contarle nada hasta que llegase a casa por la noche. Saltaron las alarmas, y empezamos a barajar la posibilidad de tener un cáncer. El miedo a lo desconocido nos paralizaba; al dolor, la incertidumbre…No lo sé, era miedo en general; pero nunca pensé en la muerte, y tampoco lo hago ahora.

A pesar de que siempre se nos pregunta a las pacientes, existen unos grandes olvidados; los familiares y amigos más cercanos. Quiero aprovechar para trasladar también sus sensaciones: miedo, angustia, incertidumbre e impotencia. De hecho, creo que ese miedo no desaparece del todo, convives con él y se les vuelven a mojar los ojillos.

ASACO VALENCIA

• ¿Cómo se lo comunicaste a tu familia?

Cuando se confirmó la enfermedad mi marido estaba conmigo, hecho que contribuyó a que el miedo se atenuara ligeramente; pero me surgió otra pregunta que hice a mi marido cuando salió el médico de la habitación del hospital: “¿Podremos con esto?” A lo que él, sin dudarlo un instante, contestó “Por supuesto” . Se encargó de hablar con nuestros hijos – ya son adultos-, los abrazó y les dijo que mamá tenía cáncer. Lloraron. A partir de ese momento empezamos a acudir los cuatro juntos a todas las consultas con los médicos.

Al resto se lo comunicamos con naturalidad y serenidad, por un lado y otro de la familia conocíamos de qué estábamos hablando y la verdad es que tengo que decir que, aunque imagino sus sentimientos, porque como dije antes hemos convivido con el cáncer anteriormente, controlaron muy bien sus emociones.

Mi marido y mis hijos llevaron muy bien la situación, toda nuestra familia vive lejos de Valencia y a los pobres les marcamos mucho los tiempos para no perder el control y que todo fuera lo más tranquilo posible. Estoy muy orgullosa de toda mi familia y del optimismo y la energía positiva que recibí y recibo cada día. No hubo dramas, en aquellos primaba hacer frente a la enfermedad; adelante con el tratamiento.

 • ¿Qué es lo que más te ayudó? ¿De dónde sacaste fuerza para salir adelante?

Sin lugar a dudas mi familia y amigos que estuvieron al ciento por ciento; siempre con una sonrisa y empujándome cuando pedía permiso para caer un ratito y llorar. Los tratamientos son muy duros y tuve que parar en seco a pesar de ser una persona muy activa. Además, tuve que aprender a pedir ayuda cuando no podía hacer las cosas, a sentirme vulnerable (eso es muy difícil cuando no lo has hecho nunca y me sentía muy frustrada). Sin embargo, me maquillaba cada día para ofrecerles mi mejor cara, para que me vieran bien, con pañuelos de mil colores o peluca al salir a la calle. No podía permitir que me viesen mal; si ellos caían, yo caería tras ellos. Lo cierto es que estamos viviendo el cáncer como una enfermedad más; puedo incluso llegar a decir que afortunadamente yo tengo calidad de vida y hay muchísimas enfermedades en que los pacientes carecen de ella.

• ¿Qué le dirías a una persona que acaba de ser diagnosticada?

No me gusta dar consejos porque cada uno lleva su mochila y según tu situación personal lo vives de una manera u otra, pero sí que me gustaría que no asocien cáncer a muerte; he de decir que desde que hace 2 años y 3 meses fui diagnosticada han fallecido personas jóvenes a mi alrededor y no precisamente por cáncer.

Asimismo, les sugeriría que no acudan nunca solos al oncólogo; ya que los pacientes tendemos a quedarnos con la primera frase y el resto es como un susurro que se aleja y ya no oyes nada más; que confíen en su oncólogo; que le pregunten todas sus dudas. Y, por supuesto, que se apoyen en las Asociaciones de Pacientes, allí encontrarán personas que han pasado por situaciones iguales o similares y entienden sus sentimientos y podrán incluso asesorarles en diversas cuestiones. A mi familia y a mí, nos sirvió de mucho exteriorizar sentimientos y contar lo que estaba pasando; era una forma de liberar tensiones.

• ¿Qué has aprendido? ¿Sacas algo en positivo?

He aprendido y sigo aprendiendo muchísimas cosas, todas positivas. He conocido a grandísimas personas, el cáncer te da la oportunidad de renovar tu agenda, de la que quitas muchos nombres y añades otros más selectos. Hay un verbo que utilizo mucho ahora y es el verbo “saborear”. Vivimos muy deprisa dejando todo lo “placentero” para después, porque en teoría “tenemos todo el tiempo del mundo”… Mi lema actual es: “¿Quieres? ¿Puedes? Pues a que estás esperando ¡Hazlo!”, aquel refrán que siempre nos decían “No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. Y lo cumplo a rajatabla, derrochando energía por todos los costados. La vida hay que saborearla, paladearla, disfrutar de cada momento porque cada segundo es un regalo, todos estamos de paso y ninguno sabemos cuándo acabará nuestro viaje.

• ¿Qué reivindicación harías a las instituciones públicas?

¡Uff… !Aquí hay tantas cosas que tenemos que hacer y que reivindicar… Creo que se invierte en lo que a la larga nos empobrece y se recorta en lo que nos enriquece, como es la salud, la investigación, entre otras cosas. La primera de todas es que nos vean como una persona en el sentido integral de la palabra y no como una enfermedad, un número o una estadística; si las instituciones públicas nos vieran así, todo sería muy distinto. Los pacientes debemos de ser parte activa en las instituciones, empoderarnos, y el poder viene de la información y la formación sobre nuestra enfermedad y tratamientos. Esa es mi tarea actual; poner mi granito de arena para que las cosas cambien, participando de manera activa con la Asociación ASACO desde la Comunidad Valenciana.

 

 

 

«El objetivo de la fisioterapia es mitigar las dolencias o molestias del paciente», María José Pina, fisioterapeuta.

No sólo se trata de recibir el tratamiento y seguir las pautas médicas. El cuidado integral, la prevención y el bienestar de cada uno de los afectados es imprescindible para la mejora de la calidad de vida. A ello contribuye María José Pina, fisioterapeuta que colabora con ASACO gracias al Proyecto Bienestar de la Fundación «la Caixa». 

¿Puede la fisioterapia ayudar a prevenir con la práctica de algunos ejercicios el cáncer de ovario?

No. La única forma de prevención es asistir al ginecólogo periódicamente y realizarse las revisiones correspondientes.

¿Qué es lo que hace realmente un profesional de la fisioterapia en los casos concretos donde hay una enfermedad relacionada con el cáncer ginecológico?    

Depende de cada cada caso; pero siempre se realiza una valoración previa y se aplica un tratamiento concreto; nuestro objetivo será mitigar las dolencias o molestias del paciente, que pueden ser secundarias a la enfermedad o al tratamiento.

¿Cómo puede ayudar la fisioterapia durante y después del tratamiento del cáncer de ovario? ¿Cuáles son sus beneficios?

Dependemos de la fase  en la que se encuentre la paciente respecto a la enfermedad y el tratamiento. Usaremos técnicas manuales (masoterapia, osteopatía,…), vendajes neuromusculares, y en casos que lo requieran, electroterapia (tens, ultrasonidos y presoterapia). Para los casos de los cuidados paliativos, podemos ayudarle a mantener la movilidad y la fuerza intentarndo ayudar a mantener su autonomía. En la postcirugía, aplicamos tratamiento de la cicatriz,  recuperación de la musculatura afectada por la intervención, programa de ejercicios, tratamiento de dolencias musculares…Se trata de recuperar las funciones «normales» del organismo… Siempre bajo supervisión médica,  establecemos tratamientos para aliviar las dolencias, a través de estiramientos y  ejercicios de relajación.

¿Cuáles son las pautas generales de ejercicio que recomendaría a las pacientes que están en el proceso de recuperación? ¿Cómo pueden cuidarse en la intimidad de su hogar?

Precisamente esta semana estrenamos el Pilates Suelo de ASACO en Madrid; se trata de grupos pequeños formado por cuatro personas. Creo que el Pilates es muy beneficioso para las pacientes, ya que además de todos los beneficios de hacer ejercicio, ayuda a rehabilitar la zona abdominal. Se trabajan todos los músculos que se conocen como “faja anatómica” disminuyendo las dolencias de espalda, intensidad y frecuencia. Además ayuda a tonificar todo el cuerpo. Por las características de este método se consigue también una relajación y concentración. El ejercicio es bueno de por sí, hay que adecuarlo a cada persona y según sus necesidades.  Se puede andar, nadar… Siempre empezando a baja intensidad y poca duración  e ir aumentándola a medida que el cuerpo se acomoda al ejercicio.

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¿Podríamos afirmar que la fisioterapia puede reducir una posible recaída en el cáncer?

En la actualidad hay numerosos estudios que demuestran que el ejercicio físico disminuye el riesgo de recaídas en casos de  cáncer colon, de mama o de próstata.  La eliminación de la grasa dificulta que un tumor crezca o una recaída. Además,  el hecho de realizar ejercicio habitualmente incrementa la oxigenación de las células buenas y promueve su regeneración.  Respecto a la fisioterapia en sí, no puedo decir lo mismo; no tengo datos al respecto en estos instantes; no, al menos, de forma directa.

Durante la entrevista, María José Pina reitera una y otra vez su disponibilidad para ayudar, asesorar y contribuir a mejorar la calidad de vida de todos los afectados. Si queréis contactar con ella, llamad a Estrella, coordinadora del Proyecto Bienestar de la Fundación «la Caixa».

Entrevista a Estrella

La Fundación “la Caixa”  lo ha hecho posible.

Varias pacientes y afectados, familiares, amigos por el cáncer de ovario y ginecológico se hayan visto beneficiados por servicios que hasta ahora no han podido permitirse. Estrella, socia y voluntaria de ASACO, es la coordinadora y la profesional que está gestionando el proyecto junto con las profesionales colaboradoras.

¿Qué ha supuesto para ASACO y, especialmente, para los afectados el “Proyecto Bienestar”?

Una importante ayuda para mejorar los efectos colaterales de la enfermedad y su tratamiento.

Proyecto Bienestar

Para todos aquellos que desconocemos en qué se concretan los servicios, ¿podrías hacer una breve descripción de los mismos?.

Tenemos servicios de psicooncología para conseguir que la persona afectada afronte sus situación de la manera mas positiva posible y con ello contribuya a su recuperación y bienestar; también de fisioterapia para conseguir paliar efectos colaterales que surgen de la cirugía y del tratamiento de la enfermedad en los músculos y sistema nervioso. Además, ayuda profesional para resolver los aspectos legales y burocráticos que surjan como consecuencia de la enfermedad.

 ¿En qué fase del proceso puede acudir una paciente y/o los afectados a solicitar los servicios del Proyecto?

En cualquier fase desde el momento en que sea diagnosticada con un cáncer ginecológico.

 ¿Cuáles son los servicios que más se demandan?

Hasta ahora de psicooncología y fisioterapia.

Es un Proyecto a nivel nacional. Hasta ahora, ¿de cuántas provincias han solicitado el servicio?

Me han llamado de distintos puntos de España. A veces sólo para ampliar la información porque nos conocen por otras personas o porque han visto nuestra web. Otras veces porque necesitan comprensión y orientación. Entre ellas, Madrid, Barcelona, Zaragoza y Valencia son las que más servicios han solicitado y recibido gracias a nuestros puntos de apoyo y profesionales colaboradoras.

Existe la posibilidad de que tanto pacientes como afectados ni siquiera se planteen la posibilidad de que ciertos servicios que necesiten entran precisamente dentro de este Proyecto. ¿Te gustaría hacer hincapié en alguno de ellos?

Todos los descritos son igual de necesarios, cada uno según el caso. Este proyecto los subvenciona y la asociación se encarga de que sean profesionales adecuados quienes los proporcionen. Lo que más me preocupa es que la información no llegue al destino adecuado, o sea, a los que la necesitan; para ello, hemos editado folletos para que sean distribuidos por los centros de tratamiento oncológico- ginecológico más relevantes pero hasta ahora no hemos tenido la respuesta adecuada.

 El Proyecto prácticamente acaba de arrancar pero ¿se puede anticipar una evaluación sobre el desarrollo del mismo?

Llevamos menos de tres meses y hemos atendido a 25 beneficiarias y familiares aproximadamente. Espero que esto se multiplique progresivamente conforme sea efectiva la información en los puntos clave. Podemos hacer mucho bien a las personas que pasan por este duro trance y yo me siento muy satisfecha de poder contribuir y del resultado de los servicios que hasta ahora se han dado.

Entrevista a Paz

ASACO, Asociación de Afectados por Cáncer de Ovario, cumple  hoy tres años; tres años llenos de lucha, ilusión y entrega con un único objetivo: apoyar y dar el mejor servicio a todos aquellos afectados, pacientes, familiares y amigos que sufren esta silenciada enfermedad.

Para celebrar este hito, hemos querido entrevistar a Paz Ferrero, presidenta de la asociación.

 –       Tres años. Nada más y nada menos. ¿Cómo surgió la idea de la constitución de la Asociación?

Surge cuando nos reunimos tal día como hoy cuatro pacientes de cáncer de ovario con la idea de darle forma a ese vacío con el que nosotras nos habíamos encontrado. No existía una asociación de apoyo tan específica, ni siquiera de cáncer ginecológico, y decidimos fundarla con el apoyo de profesionales de la salud.

–       ¿Cuáles son los principales servicios que presta la Asociación?

El de apoyo a pacientes y familiares en diferentes fases: desde la sospecha de tener un cáncer de ovario y aportarles la información que tenemos hasta la fase de finalización del tratamiento con apoyo psicooncológico o de normalización de la enfermedad en caso de recaída o recidiva.

–       ¿Qué actividades realizáis en ASACO?

Muchas y muy variadas. Ofrecemos servicios gratuitos a pacientes y familiares gracias al “Proyecto Bienestar”; tenemos los TéconTé, reuniones trimestrales informales e informativas para los socios; promovemos la visibilidad de la enfermedad con el proyecto “Piedra a Piedra”; asistimos a jornadas nacionales e internacionales para formarnos e informar después; también promovemos actividades lúdicas y campañas de concienciación, tales como el día mundial del cáncer de ovario en mayo, y la campaña internacional de concienciación sobre cánceres ginecológicos en septiembre.

–       ¿Cuáles son los próximos retos para ASACO?

Ser una asociación de utilidad pública y hacer del mes de septiembre el mes de concienciación de los cánceres ginecológicos.

–       ¿Qué le pedirías a las instituciones públicas para que apoyen vuestra causa?

Les pedimos más recursos para la investigación y acceso a los mejores tratamientos tanto quirúrgicos como farmacológicos.

–       ¿Qué le diría a alguien a quien acaban de diagnosticar un cáncer bien de ovario o bien ginecológico?

El momento del diagnóstico es posiblemente el más duro de todos. Es el instante en el que el mundo se nos viene encima de forma implacable. En esas circunstancias, la mujer debe saber que no está sola y que todas juntas, con “una voz por todas”, conseguiremos mejorar el pronóstico del cáncer de ovario y ginecológico.

–       Desde el punto de vista médico, ¿eres optimista? Sí, cada día la ciencia encuentra nuevos caminos para el tratamiento de esta patología y confiamos en que la detección precoz, tan importante para mejorar el pronóstico, llegará tarde o temprano.

¿Crees que veremos avances a corto plazo?

Sí, así debe ser. La vida siempre encuentra camino.